PYMES, MICROEMPRESAS Y PROFESIONALES AUTÓNOMOS

“Un factor de crecimiento y desarrollo económico”

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En la actualidad, tanto en los países desarrollados como los que se encuentran en proceso de desarrollo o incluso en aquellos que están subdesarrollados, encontramos un gran paralelismo en la composición de sus estructuras económico-productivas.

Existen grandes empresas, pero también medianas, pequeñas, micro empresas, así como profesionales y autónomos, que se dedican a actividades cada vez más diversificadas en la medida en que la necesidad, la ciencia, la técnica, la tecnología, la legislación y la propia sociedad demandan, constituyéndose en parte fundamental del proceso de transformación progresiva y sistemática que nos envuelve.

Vemos como estas PYMES y profesionales, se complementan con las actividades productivas de las grandes empresas, estableciendo relaciones directas e indirectas, en medio, por lo general, de precarios equilibrios entre ellas.

Sin embargo, estas pequeñas empresas y sus pequeños empresarios,  pese a su problemática, se caracterizan por su esfuerzo e ilusión y constituyen un factor importante para el crecimiento y desarrollo económico de nuestro país.

Son un amplio núcleo económico y social formado por la más amplia gama de empresas productoras, comercializadoras y de servicios y los empresarios que las gestionan y generalmente dirigen, son personas que realizan actividades y esfuerzos (incluidos económicos) a diferentes niveles.

Se caracterizan especialmente por integrar empresas prácticamente familiares, productos de necesidad y servicios personalizados y se encuentran frecuentemente problemas para su desarrollo y posicionamiento.

Muchos de estos pequeños empresarios carecen además de verdadera cultura empresarial, lo que  independientemente de la calidad de sus productos y/o servicios les dificulta poder ser más competitivos.

Por otro lado, vivimos en un mundo de economías entrelazadas,  de sistemas normativos y convenios nacionales e internacionales que supuestamente regulan las actividades comerciales e incluso las políticas tienden a uniformar tanto la calidad de las empresas, como sus productos, servicios y procesos productivos, así como las profesiones, existiendo certificaciones y acreditaciones reconocidas a nivel internacional.

Sin embargo, son pocas las pequeñas empresas y los profesionales que están certificadas y acreditadas, lo que limita su ámbito de actuación y reduce sus posibilidades de aprovechar oportunidades y entrar en diferentes mercados.

Por tanto pese a todos los beneficios que aportan a la economía estas PYMES y profesionales, se enfrentan a situaciones y problemas que han de ser resueltos, debiendo recibir apoyos y ayudas que las puedan  hacer más competitivas y ayudar a crecer

Sabemos que desde los Gobiernos se hacen esfuerzos, pero sigue siendo necesario mejorar políticas y conceder créditos, facilitando el acceso a los mismos. Se deben poner en práctica programas de apoyo y  luchar contra la competencia desleal e ilegal.

Se han de apoyar además  programas de innovación, formación y de capacitación, desplegando estrategias que permitan el adecuado desarrollo, crecimiento y posicionamiento de este importante e imprescindible núcleo social y económico.

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