“La cuarta revolución industrial
evoluciona, cambia y afecta a la sociedad cada día”
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La industria 4.0 es una realidad que tal como se viene
comentando desde hace tiempo, supone una nueva revolución puesto que conlleva
un salto cuantitativo y cualitativo en la organización y gestión de las cadenas
de valor.
Por ello es importante no quedarse atrás, prepararse y
darse cuenta de que el entorno en que nos movemos es cada vez más inteligente y
nos plantea nuevas oportunidades y retos.
Conseguirlo depende de nuestra adaptación al cambio, de
hacer una apuesta por la automatización, por la conectividad y por la globalización,
así como de la capacidad que tengamos de
interrelacionar distintas áreas, Productos, Procesos y Modelos de
Negocio.
Debemos así mismo, tener en cuenta los avances
tecnológicos para optimizar e integrar
procesos de fabricación, siendo capaces de fusionar realidad física y virtual utilizando
tecnologías y herramientas, tales como la realidad virtual y aumentada, el Internet
de las cosas (IoT “Internet of Things”), la inteligencia y visión artificial,
Big Data, cloud computing, BIM, los programas de diseño y simulación, la
impresión 3D, etc.
Y por supuesto, hemos de formar al personal y dotarlo de
habilidades y conocimientos diferentes, debiendo contar con profesionales
capaces de modificar dinámicas de trabajo y de manejar un flujo de información
y unos datos útiles y valiosos que permitan análisis para tomar decisiones
adecuadas de forma más rápida y eficiente.
Esta revolución industrial, lo es porque no sólo afecta
al mercado, sino que envuelve a toda la sociedad y además se produce cada día.
Ello exige flexibilidad, adaptación e introducir alta tecnología, fomentando además
una transformación digital.
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