“Un
proceso en el que se debe tener en cuenta el modelo de negocio”
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Desde que comenzó la crisis, a todas las empresas, independientemente del tamaño que se tenga, se nos ha presentado la internacionalización, como la receta para combatirla. Se nos ha invitado a ello desde los más altos estamentos gubernamentales a través incluso de políticos y se ha hecho eco de los beneficios en los medios.
Lógicamente
es una opción a considerar, sin embargo antes de dar el paso, para evitar
consecuencias negativas que puedan perjudicar seriamente, hay que valorarlo, ver si es conveniente y
estudiar como afecta al modelo de negocio que tenemos.
El
hecho de acceder a nuevos mercados no significa ver incrementada nuestra cifra
de negocio a corto plazo, de hecho internacionalizarse implica llevar a cabo un
proceso complejo que requiere inversión y por tanto un adecuado planteamiento
estratégico ya que existen riesgos que hemos de conocer y prever para preparar
estrategias adecuadas.
Entre
estos los riegos a tener en cuentan por ejemplo están:
- La
moneda y el cambio de la misma
- Los
diferentes mercados y las políticas a veces inestables, que les afectan- El proteccionismo a los negocios locales
- Los cambios de fiscalidad
- Los cambios de tendencias de mercado
- Etc
Si se
decide internacionalizar, se debe estudiar en detalle cómo llevar a cabo
el proceso y en que momento, teniendo en cuenta además cómo ha afectado la
crisis a la empresa. Hay que mirar además si existe actividad y si esta genera rentabilidad,
ya que no podemos olvidar que invertir en el proceso de internacionalización
supone pérdida de rentabilidad temporal.
Desde luego, si una empresa está en una fase de acumulación de pérdidas, los esfuerzos por internacionalizar pueden ser la puntilla para el fin del negocio y con ello de la empresa, puesto que en esta situación, los esfuerzos han de centrarse en el negocio existente y en garantizar la viabilidad del mismo si se quiere continuar en el mercado.
Si
analizados los riegos, se opta por dar el paso, ha de hacerse sabiendo que los
beneficios se conseguirán a medio-largo plazo sufriendo a corto plazo un importante impacto en la
cuenta de resultados, que inevitablemente impactará en el modelo de negocio que
tengamos.
Por
ello, un cambio estratégico tan importante debe ser abordado inicialmente con
un enfoque que comprometa pocos recursos en la fase inicial y que permita una
respuesta temprana a fin de reorientar o realimentar el proceso de
internacionalización por la vía correcta.
Antes
de iniciar el proceso, es necesario saber si nuestro producto/servicio aporta
ventajas competitivas y sostenibles, con las que se puedan superar barreras de
entrada a los mercados que queramos abarcar. Es necesario saber en que
segmentos de mercado nos podemos mover y a que clientes podemos acceder, es necesaria además una fijación de
precios que nos ayude a hacer crecer la cifra de negocios. Y debemos decidir el posicionamiento que
buscamos, conociendo los canales adecuados.
Por
otro lado, no podemos olvidar que internacionalizarse supone llevar a cabo
cambios importantes dentro de la estructura de la empresa, que deben ser
tenidos en cuenta desde el principio ya que afectarán a los diferentes
departamentos , cobrando una relevancia especial áreas como la económica, la de
marketing y la comercial.
Además
dependiendo de los países en los que queramos trabajar, va a ser necesario
identificar socios locales y establecer alianzas que nos permitan superar las
principales barreras de entrada.
Está
claro por tanto, que el impacto en el modelo de negocio de una estrategia de
internacionalización no es pequeño y que si bien debemos quitarnos complejos y
abrirnos al exterior, hemos de buscar la forma de hacerlo evaluando previamente
como afecta al modelo de negocio actual, las implicaciones que tiene el llevar
a cabo el proceso, si estamos preparados para asumirlo, si compensa hacerlo y
por supuesto, si va a ser rentable.
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