“Mejorar calidad y productividad. Objetivo de las Organizaciones”
Existen
importantes diferencias entre los grandes negocios y los pequeños. Estos
últimos no siempre pueden permitirse por ejemplo, el contratar más empleados o
contar con servicios de otros profesionales para mejorar la productividad, por
ello han centrar esfuerzos en encontrar formas conseguirlo.
Una
de éstas, es la de actuar sobre los
procedimientos operacionales y de gestión. Ello supone poder descubrir
las áreas en las que eliminar desperdicios, mejorar calidad y productividad y
aumentar la motivación de los empleados.
Obviamente,
mejorar calidad y productividad es uno de los objetivos, ya que hacerlo supone
tener menos fallos y problemas, cumplir con planificaciones y reducir costos.
Además se consigue mayor satisfacción tanto del cliente, como del equipo de
trabajo.
Para
conseguir esta mejora, se ha de buscar la forma de alinear los procesos del
negocio con los de otras empresas del sector. Así mismo se han de estandarizar
políticas y procedimientos, capacitando de forma continuada a la plantilla.
Se
ha de dejar también, que los empleados sepan lo que la empresa espera de ellos
en cuanto a la productividad estableciendo metas e implicándolos para que
luchen por ellas y se sientan responsables de alcanzarlas.
Evidentemente
es necesario contar con indicadores que permitan identificar y medir, pudiendo predecir
resultados futuros, tomar medidas y controlar productividad.
Igualmente
es conveniente, crear proyectos que definan situaciones que permitan valorar el
proceso actual, pudiendo de estar forma tener datos con cuyo análisis se puedan
validar relaciones causa y efecto y con ello determinar la raíz de los
problemas, pudiendo además, definir intervenciones que permitan controlar,
mejorar y optimizar, pero también predecir y corregir.
Y
por último, indicar la importancia de escuchar y valorar la retroalimentación y
las aportaciones de clientes, proveedores, empleados, socios, etc.; de medir el
aumento de la calidad y la productividad en función de la satisfacción del
cliente; de utilizar la
retroalimentación de los clientes para mejorar los productos actuales e influir
en el diseño de los actuales y los nuevos, estudiando las necesidades de los
clientes para centrar y enfocar esfuerzos; de
analizar datos y de preparar informes resumiendo las conclusiones.
Distribuir
estos informes en la empresa y organizar reuniones para comentarlos, equivale a
poner en conocimiento de departamentos, profesionales y equipos de trabajo, la situación de la Organización y por tanto,
resulta clave, para mejorar calidad y productividad.
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