“Es necesario concienciarse de los beneficios
de compatibilizar estudios y empleo”
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En la actualidad los jóvenes se
enfrentan a un mundo cambiante, con un escenario complejo en el que han de encontrar
su sitio y aprender a desenvolverse para poder desarrollar y poner en práctica
los conocimientos adquiridos a lo largo de los años de formación.
Si volvemos la vista atrás,
vemos que poco o nada tiene que ver la situación actual con lo que antes se
producía de forma casi natural. Años atrás, quien más y quien menos tenía
conocidos con algún negocio que suponía un empleo de verano para un joven, lo
que le permitía un primer contacto con el mundo laboral.
Hoy en día, las condiciones han
cambiado. Ha cambiado la edad mínima para trabajar y los pequeños negocios
familiares funcionan de distinta manera. Se protege a la infancia y se marcan
unas reglas lógicas y razonables, pero también
de alguna manera, se hace más complicado el aterrizaje de los jóvenes en
el mercado laboral.
Éstos están más formados y para
muchos su primer contacto con el trabajo, se produce una vez terminados los
estudios universitarios. En ese momento se encuentran con falta de experiencia,
no pudiendo en muchos casos responder a las expectativas de los empresarios.
Ello supone encontrarse con un escenario a veces demasiado hostil, en el que no
saben su papel y las condiciones distan mucho de las que habían imaginado.
Por eso, sería conveniente
volver la vista atrás y concienciar a jóvenes y empresas de los beneficios de
compatibilizar estudios y empleo.
Sería conveniente que nuestros
jóvenes tuvieran preparación más allá de los conocimientos técnicos y de las
competencias puramente profesionales y que aprendieran antes de una
incorporación definitiva al mercado laboral valores como el esfuerzo, el
compromiso, la puntualidad, el autocontrol, el respeto, etc.
Estamos viendo como por su
formación y desconocimiento de lo que supone el trabajo, acuden a un primer
empleo sin experiencia, pero llenos de sueños e ilusiones y con unas
expectativas que en ocasiones distan mucho de lo que las empresas, en la
coyuntura actual, pueden ofrecer.
Es verdad que la situación de
los últimos años ha roto el mercado, como también lo es que ha sacado a la luz
la desconexión entre los recién egresados y el mundo empresarial.
Y es que nos hemos encontrado
con muchos titulados y pocos obreros y aprendices, lo que ha supuesto
distanciamiento y consecuencias negativas para la economía y muy especialmente
para los jóvenes que necesitan encontrar su sitio en el mundo laboral y de
alguna manera forjarse un futuro en base precisamente a un trabajo.
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